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Crónicas

The Who: Un adiós histórico en Los Angeles tras 63 años de rock irreverente




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Por Hèctor Castro Aranda | Enviado especial, Los Angeles, California | Los Angeles fue testigo de un momento histórico en la historia del rock: The Who, la legendaria banda británica que ha marcado generaciones con su música y actitud, cerró el telón en la ciudad con dos conciertos memorables los días 17 y 18 de septiembre en el emblemático Hollywood Bowl. Con Roger Daltrey de 81 años y Pete Townshend de 80 al frente, el escenario se transformó en un verdadero templo sonoro donde pasado, presente y legado se encontraron en una experiencia intensa y emotiva.

Una cita única para los fans cercanos a México

La gira de despedida, denominada The Song Is Over Tour, ofreció una cantidad limitada de fechas, lo que hizo que la doble función de Los Angeles fuera la última oportunidad para que los seguidores de México y la costa oeste de Estados Unidos pudieran presenciar a la banda en vivo. Tras 63 años de historia, el tiempo deja de ser aliado y cada acorde se convierte en un tesoro. La última visita de The Who a Ciudad de México, en 2016, queda como único antecedente en territorio nacional, y la gira de despedida confirma que este capítulo final debía ser vivido con plenitud.

Energía, nostalgia y emociones en cada tema

Desde el primer acorde, la multitud de 19 mil asistentes se sumergió en una experiencia que combinó emoción y celebración. Temas icónicos como Baba O’Riley, My Generation y Pinball Wizard resonaron con fuerza, demostrando que el espíritu juvenil de la banda sigue intacto. Por su parte, canciones más introspectivas como Love, Reign O’er Me y The Song Is Over se sintieron como auténticos rituales de despedida, donde la voz desgarradora de Daltrey y los clásicos guitarrazos de Townshend recordaron a todos que el rock no solo se escucha: se siente.

Más allá de la música, la química entre Daltrey y Townshend se hizo evidente. Entre bromas y miradas cómplices, los dos amigos y compañeros de vida artística recordaron que, antes de ser leyendas, fueron un equipo unido por la pasión por la música. Cada gesto, cada pausa y cada sonrisa transmitieron el respeto por la historia compartida y la consciencia del cierre definitivo.

El legado de The Who en cada rincón del Hollywood Bowl

El Hollywood Bowl, con su acústica inigualable y su imponente vista a las colinas de Hollywood, ofreció el escenario perfecto para un cierre de gira que combinó solemnidad y celebración. No hubo dramatismo excesivo ni lágrimas impostadas, sino un sentido de plenitud y gratitud, tanto hacia los fans como hacia ellos mismos. The Who demostró que la grandeza no se mide solo en décadas, sino en la capacidad de transformar la música en experiencias que trascienden el tiempo.

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Canciones como Behind Blue Eyes y Pinball Wizard se sintieron casi ceremoniales, mientras que la interpretación de clásicos permitió a los asistentes vivir un recorrido por décadas de historia cultural, moda, rebeldía y movimientos musicales como los mods, skinheads y la inspiración de futuras bandas británicas como Oasis.

Una apertura memorable: The Joe Perry Project

Antes de The Who, el público disfrutó de The Joe Perry Project, la superband formada por el guitarrista de Aerosmith, que contó con la participación de Slash, Robert DeLeo de Stone Temple Pilots, Jason Sutter de Smash Mouth, Chris Robinson de The Black Crowes y Brad Whitford de Aerosmith. La sorpresa de la noche llegó cuando Steven Tyler se unió en el escenario para interpretar Walk This Way, dando la sensación de ver a Aerosmith al completo y elevando aún más la energía previa al esperado cierre de The Who.

Un adiós que perdura en el tiempo

Aunque el telón cayó, la huella de The Who sigue viva. Su música, sus gestos y su irreverencia siguen presentes en vinilos, playlists, festivales y en la memoria colectiva de varias generaciones. Daltrey y Townshend se retiraron con dignidad, conscientes de que su legado no depende de su presencia física sobre el escenario, sino del fuego que han encendido en el corazón del rock y que seguirá iluminando a quienes lo descubran mañana.

El final fue sencillo pero simbólico: un abrazo entre amigos, una mirada cómplice y la certeza de que lo más importante de la banda nunca dejará de sonar. La historia de The Who, sus óperas rock, sus llenos de estadios, sus filmes y su influencia global, queda como un monumento musical que continuará inspirando a artistas y fans por generaciones.

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