Fother Muckers en Ciudad de México: «Debut emotivo y muchas cosas que agradecer»

La música, en su esencia y en su ritual, puede asimilarse a lo divino. Y si existe una parábola en la historia contemporánea del rock chileno, esa es la de los Fother Muckers. La banda que nació, creció, se dispersó y luego se reencontró, ofreció ayer, domingo 13 de agosto, su primera presentación en suelo mexicano, en el Foro Indie Rocks.

La noche inició con una expectativa que se palpitaba en el aire. Una multitud, ávida de esos acordes melódicos, riffs pegajosos y letras llenas de significado, se congregó en el famoso Foro Indie Rocks de Ciudad de México. Las puertas se abrieron, y como si se tratara de una ceremonia, la gente ingresó con una devoción palpable.

No era un concierto común, era el debut en México de los Fother Muckers, una banda que ha creado más que música; ha forjado una cultura, una comunidad.

El show comenzó con una explosión de luces y un intro musical que hizo estallar a los asistentes. La aparición de Cristóbal Briceño, Martín del Real, Héctor Muñoz y Simón Sánchez en el escenario desencadenó una euforia colectiva que se mantuvo constante durante toda la velada.

En el setlist se destacaron canciones como «Lobo Mayor» y «Tranquilo, hombre del espacio». La interacción entre la banda y el público fue intensa, visceral, como si cada letra resonara en lo más profundo de cada alma presente.

Héctor, el hombre de la guitarra, fue el nombre que se escuchó más durante la noche. Como en su país natal, Héctor Muñoz llevó a cabo una performance apasionada, desplazándose por el escenario e incluso entre el público, generando una conexión única.

La madurez de los ahora cuarentones Fother Muckers brilló con fuerza. Un grupo más unido y maduro que nunca demostró tener una compenetración casi mística. La cultura del featuring fue parte de este reencuentro, donde cada integrante lució con luz propia, pero también en una armonía perfecta con los demás.

Durante una pausa, Briceño compartió historias y anécdotas con su humor particular, mientras sus compañeros descansaban. El público respondió con risas y aplausos, solidificando esa conexión íntima que solo se da en los conciertos verdaderamente memorables.

El momento álgido de la noche llegó con «Fuerza y Fortuna», un himno para muchos, seguido de un cierre épico que dejó a todos con ganas de más.

Al final, lo que quedó en el Foro Indie Rocks fue una energía inexplicable, un amor por la música y la lealtad en tiempos de falsedad, como bien lo resumió Cristóbal: “No existe nada que nos pueda separar”.

La gente salió del recinto, con una mezcla de euforia y satisfacción, sabiendo que habían sido partícipes de algo más que un concierto; habían sido parte de una misa de rock puro, de una parábola musical que resonará en sus corazones por mucho tiempo.

La noche terminó, pero la historia de los Fother Muckers en México apenas comienza. La parábola continúa, y quienes estuvieron presentes en ese debut saben que han sido testigos de algo grande. La música sigue, y estos cuatro amigos, que se aman de verdad, están listos para escribir nuevos capítulos en su legendaria trayectoria.